En México, menos del 40% de las empresas medianas tienen acceso a productos financieros, las pequeñas menos del 30% y las micro menos del 10%. Mientras tanto, de las grandes empresas, el 100% tiene acceso a financiamiento…

En México, menos del 40% de las empresas medianas tienen acceso a productos financieros, las pequeñas menos del 30% y las micro menos del 10%. Mientras tanto, de las grandes empresas, el 100% tiene acceso a financiamiento

Debemos entender que toda empresa necesita de financiamiento para cualquier plan de crecimiento y de inversión, ya sea para adquirir o arrendar equipo y maquinaria, para innovación y nuevas tecnologías, para abrir nuevas sucursales y en general para poder crecer; inclusive para hacer frente a momentos de estrés de liquidez, ya que es imposible sostener cualquier empresa en crecimiento a base de puro capital. Siempre llega el momento cuando el capital ya no es suficiente y crecer solamente dependiendo del crecimiento de las ventas y utilidad lo vuelve muy lento y de poco impacto.

Si evaluamos la historia de las empresas exitosas que iniciaron como pequeños emprendimientos, no existe ningún caso en ningún lugar del mundo que haya crecido y tenido éxito sin ayuda del financiamiento en cualquiera de sus modalidades. Todas las que han crecido han utilizado el financiamiento de una u otra manera.

En México tenemos un sector bancario muy fuerte y muy rentable a nivel mundial, pero muy concentrado en pocos bancos (5 bancos controlan el 90% de los activos del país), y su principal concentración de soluciones financieras está en las grandes empresas y en los gobiernos, pero en realidad poco hacia el mundo PyME y casi nada al mundo emprendedor.

Las PyMEs realmente no tienen acceso a los canales tradicionales como los bancos, al menos no de una manera sencilla. Al ser empresas normalmente más informales, con cierta desorganización, muchas como organizaciones familiares y muchas veces sin mucha estructura, les cuesta trabajo a las grandes instituciones bancarias entenderlas, mitigar el riesgo y leerlas. Adicionalmente, hay una regulación fuerte que hace complicado para estas instituciones poder otorgarles crédito.

Acceder a financiamiento bancario para una PyME normalmente es un proceso lento y poco exitoso.

Las PyMEs realmente están encontrando su solución financiera en instituciones financieras no bancarias y en canales no formales como familiares y amigos.

Entendiendo esto, hace 13 años, en 2006 se crearon las SOFOMES (Sociedades Financieras de Objeto Múltiple) cuyo objetivo es dar crédito. Son instituciones financieras que se enfocan en ofrecer productos financieros (llámese crédito, arrendamiento, factoraje) y dar soluciones financieras a los que no están teniendo acceso real a la banca.

La realidad es que después de 13 años, las SOFOMES han logrado entender y han logrado penetrar las áreas principalmente no atendidas por los bancos. Hoy, el 55% de las entidades financieras del país son SOFOMES y actualmente el 60% de las empresas en México obtienen su primera línea de crédito de una SOFOM.

Estas instituciones han demostrado ser las bancarizadoras de estos sectores. Han otorgado el crédito, han ido creciendo y actualmente el 7.5% del financiamiento del país es otorgado por SOFOMES.

Hoy hay más de 708,000 millones de pesos otorgados en créditos por SOFOMES, donde su principal enfoque está en las personas físicas y PyMEs. Lo han logrado a base de estar en el lugar donde los bancos no pueden tal vez porque les cuesta mucho trabajo descifrar a las PyMEs.

Por otro lado, hay una nueva ola proveniente de tendencias fuera de México. Por tendencias de digitalización y la uberización de las cosas, las plataformas de Crowdfunding o fondeo colectivo, modelos de negocios novedosos que nacieron hace unas décadas en Inglaterra, evolucionando en Estados Unidos, que realmente están uberizando las finanzas, han venido a sustituir a los modelos tradicionales.

Estos modelos eliminan al banco de en medio y conectan el dinero con el que lo necesita, de manera directa, a través de una plataforma digital. De esta forma, quitando al intermediario financiero, logran realizar productos financieros más baratos para los que buscan financiamiento y canales formales para que la gente ponga a trabajar su dinero y generar mejores rendimientos que los que los canales tradicionales ofrecen.

En México es un modelo relativamente novedoso —tan solo llevan unos años. También, a penas estamos estrenando una ley que empieza a regularlas, lo cual hace que cada día haya nuevas plataformas que quieren resolver las necesidades de financiamiento en nuestro país. Este modelo en otros países del mundo, en países ya desarrollados donde llevan existiendo ya unas cuantas décadas, están creciendo de manera acelerada, por encima de lo que crecen los bancos, lo cual está retando a los modelos tradicionales a innovar.

Pero en mi opinión, el futuro y la evolución de los productos financieros en México vendrá de la unión de las SOFOMES y los Crowdfundings.

Por un lado, las SOFOMES han logrado penetrar en el mercado y han logrado demostrar que pueden atender y entender los sectores desatendidos. La gran mayoría de ellas ya tienen algoritmos y data muy rica para determinar el riesgo de manera no tradicional (al menos no con el mismo punto de vista que lo ven los bancos y otras instituciones tradicionales). Ya conocen el mercado, ya saben cómo se otorga, en el camino han sufrido pérdidas, fraudes, descalabros y también han pasado un proceso de varios años de regulación de parte de las autoridades. Tal vez muchas de ellas operan de maneras tradicionales y poco tecnológicas, lo cual siempre va a limitar el volumen y el alcance que puedan tener; aunque es una realidad que también esto está cambiando en las SOFOMES e inclusive ya están surgiendo las primeras SOFOMES FINTECH, es decir SOFOMES que operan con base 100% tecnológica y digitalizada.

Por otro lado, las plataformas fintech nacen en la era tecnológica, de conectividad y en un mundo globalizado; todas tienen herramientas tecnológicas sobre las cuales diferencian su propuesta de valor y muchas de ellas traen prácticas que han sido exitosas en otros países. Pero a muchas de ellas les falta la experiencia y el conocimiento del mercado, al menos el mexicano. Tal vez les faltan los raspones que uno aprende cuando uno aprende a andar en bicicleta, y a pesar de la globalización, hay muchas cosas que funcionan de manera local, sobre todo en la idiosincrasia del empresario mexicano: aunque cada día sea más global, todavía tiene un componente local importante en su manera de actuar, tema que han logrado conquistar muchas SOFOMES.

También, si analizamos cómo están funcionando los mercados de crowdfunding ya más maduros como las de Europa y Estados Unidos, la gran mayoría de ellos tienen un componente muy importante y clave de su éxito: el de inversionistas o fondeadores institucionales. En estos países, esas posiciones de fondeos institucionales están siendo jugadas por los bancos e inclusive por los gobiernos. En Inglaterra, el 70% del financiamiento que reciben estas plataformas vienen de bancos y del gobierno. Ya entendieron que las plataformas son vehículos transparentes y digitales para complementar los canales tradicionales. Esto se ha convertido en un componente clave para el crecimiento de estas plataformas.

En México, por la misma concentración de pocos jugadores bancarios altamente rentables, se ve muy difícil su participación de manera institucional en estas plataformas, al menos en el corto plazo. En cambio la participación de las SOFOMES como fondeadores institucionales puede ser una clave de crecimiento, porque por un lado las SOFOMES van a poder originar clientes de manera 100% digital y por otro, las plataformas de Crowdfunding van a poder crear canales institucionales de fondeo para poder atender a más y más clientes y tener mucho más músculo para crecer.

La unión de la experiencia y la tecnología en un mundo donde tanto las SOFOMES como las plataformas de Crowdfunding son PyMEs, será muy fácil que se hablen entre ellas, que se puedan conectar, que puedan colaborar y generar cosas juntas. Inclusive ya hoy hay algunas plataformas que están trabajando de la mano con SOFOMES.

Por otro lado, muchas veces las SOFOMES, al ser PyMEs muy focalizadas y regionalizadas a ciertos productos y segmentos, no son como los bancos que tienen una gama muy amplia de productos. Cuando llegan muchos clientes que no pueden ser atendidos por una SOFOM, ya sea por la región, monto o capacidad de atención, normalmente sucede que las SOFOMES, empiezan a hablar entre ellas para intentar crear vehículos sindicados y no dejar de atender al cliente. ¿Qué quiere decir esto?: Invitar a varias instituciones financieras para participar con un solo cliente, lo cual implica procesos lentos y complicados porque hay que alinear a todas las partes y sus áreas de riesgos, legales, etc.

Las plataformas de Crowdfunding generan un vehículo 100% digital y transparente para que los intermediarios financieros no bancarios, las SOFOMES, puedan sindicar de manera fácil y rápida a sus clientes. Una SOFOM que tenga un cliente que no pueda atenderlo del todo por el volumen, o por lo que necesita su cliente, puede utilizar un canal de plataforma de Crowdfunding para participar con él, para sindicarlo.

Y así hay un sin fin de sinergias donde el mundo de los Crowdfunding y las SOFOMES pueden unirse y conectarse, generando nuevos modelos, nuevos canales y mayor inclusión a un sector que tiene alta necesidad.

Hoy en día ya hay SOFOMES y plataformas de Crowdfunding colaborando, pero cada día veremos más participación y mucha más fuerza de estos dos mundos que parecen contrarios para encontrar nuevas y mejores soluciones financieras.

Empresario, en tu búsqueda de financiamiento para tu empresa, para tu negocio, para tu persona, siempre toca puertas, siempre investiga plataformas de Crowdfunding, siempre investiga SOFOMES. Hay muchas opciones; compara y evalúa, pero no dejes de pensar en cómo crecer tu empresa.